sábado, 1 de noviembre de 2014
¿Superiores a quién?
"Estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo"
Filipenses 2:3
En el cristiano auténtico no el complejo de superioridad. Sin embargo siento la necesidad de aclarar que he conocido personas quienes aparentan ser pretenciosos, arrogantes, ahora bien cuando les he tratado de forma personal, me he arrepentido de la imagen que me había diseñado de ellos ya que esta es totalmente diferente a la que me han proporcionado en mi trato para con ellos.
Por otro lado es indiscutible que algunos hemos traído valores los cuales no hemos depurado, citamos algunos: Existe la posibilidad de que alguno sufra de titulítis, otros de dineritis, carritis, casitis, o propieditis. Son estas inflamaciones de ideales que causan la enfermedad de la superioridad.
En una oportunidad una persona con cierto aire de expansión de bolsillo, le dice a un hombre con una amplia estrechez económica, pero excelente cristiano. “Oye pero tu no te relacionas con grandes líderes de la iglesia. Será que no te ven. No creo que me vean, contesta el buen creyente, es que soy muy pequeño, es más soy tan pequeño que solo puedo ver a aquellos que son de mi tamaño, por ejemplo a usted no le veo bien, pues es muy grande”.
La grandeza de un hombre no está en sus conocimientos, sus títulos o la cifra que soporte la chequera, no, la grandeza o superioridad de una persona se encuentra primero en ser un auténtico servidor de Jesucristo, segundo en percatarse de su ignorancia, tercero tener la meta de ser superior, no a sus semejantes, sino a si mismo.
Los cristianos auténticos son tan superiores a sí mismos que crecen hacia abajo. Con raíces fuertes y sostenidas por Dios en los cielos.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario