Según el testimonio de la palabra de Dios, es muy posible que si usted es creyente, alguna vez experimente persecución sin causa. Si usted ya lo ha experimentado, ¿Cuál ha sido su reacción? Veamos cuál fue la reacción del autor del salmo 17. Abramos nuestra Biblia en el salmo 17.
La sobre escritura nos informa que este salmo es la oración de David. Como antecedente, debemos señalar que David estaba sufriendo la persecución sin causa. Interesante que en lugar de enfrentar a sus contrarios, David trajo el asunto en oración a Dios. Aquí ya encontramos una hermosa lección para nosotros. Es posible que Ud. esté enfrentando persecución sin causa este momento. No sé, a lo mejor de algún familiar que no quiere que Ud. sea fiel al Señor, o de algún compañero de trabajo que le hostiga constantemente porque Ud. es creyente, o de alguna autoridad que no acepta que Ud. no se presta para hacer algo reñido con la ley. Si este es el caso, la tendencia natural en el creyente es a enfrentar al contrario para poner todas las cosas en claro. Pero lamentablemente existe la gran probabilidad de que en lugar de poner todas las cosas en claro, más bien se agrave la situación. Por eso es conveniente hacer lo que hizo David. Es decir, traer el asunto en oración al Señor. En el salmo 17 encontramos a David pronunciando tres frases importantes. Primero: Dios, escucha mi clamor. Segundo: Dios, establéceme en tus caminos. Tercero: Dios, escóndeme de mis contrarios.
Vayamos pues a lo primero. Salmo 17: 1-4 dice: “Oye, oh Jehová, una causa justa; está atento a mi clamor. Escucha mi oración hecha de labios sin engaño. De tu presencia proceda mi vindicación; vean tus ojos la rectitud. Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste; he resuelto que mi boca no haga transgresión. En cuanto a las obras humanas, por la palabra de tus labios yo me he guardado de las sendas de los violentos”.
En vez de trabarse en una discusión con sus contrarios, David está orando a Dios. Pide que Dios oiga su causa que es justa. David estaba siendo perseguido sin causa. Con vehemencia pide a Dios que su oído esté atento a su clamor, porque las palabras que estaba pronunciando salían de labios sin engaño. David confiaba en la justicia de Dios y esperaba que de Él venga su vindicación, es decir la declaratoria de que todas las acusaciones eran falsas. Esto era conocido por Dios, porque Dios había probado el corazón de David. Dios había introducido a David a la oscuridad de la prueba y Dios no había hallado nada incorrecto en lo que David fue acusado. David había evitado defenderse con su boca ante sus adversarios. Además David estaba seguro que en obediencia a la palabra de Dios se había guardado totalmente de pagar a sus adversarios con la misma moneda. Hermoso ejemplo de como manejar la persecución sin causa. David no descendió al nivel de sus contrarios para enfrentarse con ellos en una lucha sin cuartel, sino que encomendó su causa al que juzga rectamente. Idéntica cosa debe hacer usted, cuando es perseguido sin causa. No devuelva mal por mal ni maldición por maldición. Con esto no va a ganar nada pero va a perder mucho. Es preferible clamar a Dios como lo hizo David, para que sea Dios quien se arregle con sus contrarios.
En segundo lugar, David dice: Dios establéceme en tus caminos. Salmo 17: 5-7 dice: "Sustenta mis pasos en tus caminos, para que mis pies no resbalen. Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios; inclina a mí tu oído, escucha mi palabra. Muestra tus maravillosas misericordias, tú que salvas a los que se refugian a tu diestra, de los que se levantan contra ellos".
David estaba experimentando el fuerte embate del contrario. David sabía que no podía hacer frente al enemigo por sí solo. Por eso clamó a Jehová. Ahora está pidiendo que Jehová le establezca en sus caminos. David no quería resbalar. Es un pedido para poder mantenerse firme en la integridad. Cuando somos perseguidos sin causa, tenemos la tentación de echar mano de lo que esté al alcance de la mano para tapar la boca del contrario sin importar si eso es bueno o malo. Pero David no quería caminar por esa senda y por eso está pidiendo a Dios el ser establecido firmemente en los caminos de Dios. David muestra la seguridad que tenía en cuanto a ser oído por Dios y ruega a Dios que manifieste hacia él sus maravillosas misericordias. David no merecía ser librado de sus contrarios, por eso está clamando por misericordia, por un favor no merecido. Dios es experto en salvar a los que buscan refugio en su mano derecha. A lo mejor, el ataque que Ud. está padeciendo de sus adversarios es feroz. No ceda a la tentación de defenderse por Ud. mismo. Ponga su causa en oración delante de Dios y espere que su salvación venga de él como una muestra de sus maravillosas misericordias hacia Ud. David ha dicho: Dios, escucha mi clamor. Dios, establéceme en tus caminos.
En tercer y último lugar, David dice: Dios escóndeme de mis contrarios. Salmo 17: 8-15 dice: "Guárdame como a la niña de tus ojos; escóndeme bajo la sombra de tus alas, de la vista de los malos que me oprimen, de mis enemigos que buscan mi vida. Envueltos están con su grosura; con su boca hablan arrogantemente. Han cercado ahora nuestros pasos; tienen puestos sus ojos para echarnos por tierra. Son como león que desea hacer presa, y como leoncillo que está en su escondite. Levántate, oh Jehová; sal a su encuentro, póstrales; libra mi alma de los malos con tu espada, de los hombres con tu mano, oh Jehová, de los hombres mundanos, cuya porción la tienen en esta vida, y cuyo vientre está lleno de tu tesoro. Sacian a sus hijos, y aun sobra para sus pequeñuelos. En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza." Qué hermosas palabras. En su oración, David está pidiendo a Dios ser tratado como la niña de los ojos de Dios. La pupila de los ojos, es quizá lo que mejor guardado está en el ser humano. Para eso están las cejas, los párpados, las pestañas y por último la mano. Así quería ser guardado David. Cuando dice: Escóndeme bajo la sombra de tus alas, trae a la mente a un pollito debajo de la gallina. Así quería estar David en Dios. En ese lugar estaba seguro de sus contrarios. Los contrarios eran fuertes, amenazaban matar a David. Los contrarios parecía que tenían las de ganar, estaban gordos y eran prósperos. Hablaban arrogantemente. Eran astutos y malvados. Solo Dios podría hacerles frente y eso es lo que pide David. Los contrarios eran prósperos, pero solo por un tiempo, porque pronto vendrá sobre ellos destrucción repentina. En cambio, David tenía la esperanza de ver el rostro de Dios en el cielo y eso le traía satisfacción. David confiaba que iba a resucitar algún día y una vez resucitado que llegaría a ser a la semejanza de Dios. Usted también, puede tener la misma confianza en Dios. Usted también puede llegar a ser como la niña de los ojos de Dios y como un pollito bajo sus alas. Pero para eso usted necesita abandonar su estéril búsqueda de autodefensa. No pierda su tiempo y energía tratando de defenderse por usted mismo. Clame a Dios, pida que Dios le establezca en sus caminos y ruegue a Dios que le esconda de sus enemigos. Dios lo hará, porque esa es su promesa.
excelente estudio del salmo....
ResponderBorrarExcelente.
ResponderBorrarMuy bueno y entendible en su contexto, lo pudimos entender bien junto a mi amada esposa, lo tenemos que dejar todo en las manos de Dios porque Dios dara la pelea por nosotros, muy reconfortante este salmo.
ResponderBorrarGLORIA A DIOS PEDI COMO DAVID, Y DIOS RESPONDIO EN MI CAUSA, AHORA SI ENTENDI EL MENSAJE DE ESTOS PODEROSOS VERSICULOS
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