jueves, 10 de julio de 2014

ESTUDIO SOBRE EL SALMO 10

Este es uno de los salmos que no tiene sobre escritura o título. Por tanto, no se puede precisar a ciencia cierta quién es el autor. Por el contenido sin, embargo, parece que su autor es David. Lo que encontramos en este Salmo es en esencia el lamento del salmista por la maldad y la injusticia de los malvados quienes oprimen a los pobres. Se distinguen fácilmente dos partes en el salmo.

La primera parte, desde los versículos 1 hasta el 11 donde vemos a un salmista desconcertado y la segunda parte, desde los versículos 12 hasta el 18 donde vemos a un salmista confiado. Veamos con algo de detalle lo que tenemos.

El salmista desconcertado dirige a Dios su mirada y hace una pregunta con un dejo de reproche producto del desconcierto. Dice así el versículo 1: "¿Por qué estás lejos, oh Jehová, y te escondes en el tiempo de la tribulación" Lo que pasa es que el salmista estaba consciente del avance avasallador de la maldad en el mundo. Quizá estaba sufriendo en carne propia el azote de los malvados, estaba padeciendo grandemente a causa de sus enemigos. Parecía como si los malvados tuvieran el campo libre para hacer lo que querían. Era como si nadie tuviera poder para frenar el avance de la maldad. Por eso, el salmista está desconcertado. No sabe hasta cuándo va a ejercer dominio el malo. En su desconcierto, hace a Dios una pregunta: ¿Por qué estás lejos, oh Jehová, y te escondes en el tiempo de la tribulación? El salmista pensaba que hasta Dios se había descuidado del avance de la maldad y veía a Dios como si estuviera escondido en algún lugar donde no podía ver cuánto estaban sufriendo los justos en manos de los impíos. Por supuesto que Dios , por ser Dios, no puede estar lejos jamás de ningún lugar y tampoco puede esconderse para no ver la tribulación de los justos, pero a veces, en nuestra desesperación nos sentimos como si Dios nos hubiera abandonado. No justifico lo que está diciendo el salmista, pero hasta cierto punto le comprendo, porque Ud. y yo también nos hemos sentido así, en algunas ocasiones. Algo hermoso de la Biblia es que presenta al hombre tal como es, sin esconder jamás sus debilidades, como aquí cuando encontramos a un salmista desconcertado, preguntando a Dios. ¿Por qué estás lejos, oh Jehová, y te escondes en el tiempo de la tribulación? Quizá Ud. amigo oyente, se encuentre atravesando por circunstancias difíciles, y a Ud. también le parece que Dios le ha abandonado. Ud. también ha hecho la misma pregunta a Dios: ¿Por qué estás lejos, oh Jehová, y te escondes en el tiempo de la tribulación? Pero como veremos más adelante, Dios no nos abandona nunca. Dios no está lejos nunca. Dios no se esconde de nuestra tribulación jamás. Así que, ánimo amigo oyente, que después de cada noche siempre viene el día. A continuación el desconcertado salmista hace un recuento minucioso de la perversidad del malo.

Versículo 2 dice: "Con arrogancia el malo persigue al pobre; será atrapado en los artificios que ha ideado" El malo es arrogante. Diseña artificios para atrapar al pobre y piensa que el pobre caerá en ellos.

Versículo 3, "Porque el malo se jacta del deseo de su alma, bendice al codicioso y desprecia a Jehová" Esto es lo que el salmista percibió. El malo se jacta de que hace lo que quiere, por tanto el malo da animo a los que son malos como él y se burla o desprecia a Dios. Qué cuadro tan preciso de lo que hace el malo.

Versículo 4, "El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; no hay Dios en ninguno de sus pensamientos" El malo se cree superior a Dios y por tanto ignora a Dios. Su mente está tan centrada en él mismo que Dios no tiene lugar en sus pensamientos. Eso me hace pensar en el ateísmo. El ateo se acerca mucho a esta descripción.

Versículo 5, "Sus caminos son torcidos en todo tiempo; tus juicios los tiene muy lejos de su vista; a todos sus adversarios desprecia" Esto es consecuencia de lo anterior. Como se siente superior a Dios, desprecia a Dios y maneja su vida como él quiere. Por eso dice el texto que sus caminos son torcidos. No toma en cuenta en absoluto el consejo de Dios. Si se siente superior a Dios, ciertamente se siente superior a todos sus adversarios.

Versículo 6, "Dice en su corazón: No seré movido jamás; nunca me alcanzará el infortunio" Esto es el clímax de su maldad. Dentro de él piensa que es eterno, como Dios, y que jamás en la vida le va a ir mal.

Versículo 7, "Llena está su boca de maldición, y de engaños y de fraude; debajo de su lengua hay vejación y maldad" El malo tiene boca de cloaca. Por dos palabras que salen de su boca, tres son malas. Es experto en engañar y defraudar. Su lengua es un filo puñal para asesinar el carácter de los demás.

Versículos 8 a10, "Se sienta en acecho cerca de las aldeas; en escondrijos mata al inocente. Sus ojos están acechando al desvalido; acecha en oculto, como el león desde su cueva; acecha para arrebatar al pobre; arrebata al pobre trayéndole a su red. Se encoge, se agacha, y caen en sus fuertes garras muchos desdichados" El malo es astuto y abusivo. En su astucia acecha en el lugar preciso, se esconde en el sitio ideal. Es como el león acechando a su presa. El momento menos pensado cae sobre ella. La presa es el inocente, el pobre, el desvalido. El malo escoge a su víctima antes de atacar.

Versículo 11, "Dice en su corazón: Dios ha olvidado; ha encubierto su rostro, nunca lo verá" En su rebeldía e ignorancia, el malo piensa que nunca nadie va a hacer nada por su maldad. Piensa que Dios no mira lo que hace el malo. Así es como el salmista mira al malo. La descripción es precisa. Con razón que el salmista está desconcertado. Pero ¿sabe una cosa amigo oyente? El malo puede creerse superior a Dios, pero eso no cambia la realidad de que el malo más poderoso en la tierra es como un microbio al lado de Dios. Es por eso que el salmista deja de estar desconcertado y a partir del versículo 12 encontramos a un salmista confiado. Ahora el salmista quita su mirada del malo y la pone sobre Dios. Esto es lo que hace la gran diferencia. Si Ud. pone siempre su mirada sobre el malo, terminará desconcertado, pero si Ud. pone su mirada sobre Dios comenzará a tener esperanza, confianza, seguridad, aun cuando esté en medio de lo peor de la maldad. Lo que primero notamos es que el salmista pide a Dios que intervenga.

Versículo 12 dice: "Levántate, oh Jehová Dios, alza tu mano; no te olvides de los pobres" Si hay alguien que puede hacer frente a la maldad, ese es Dios cuyo nombre es Jehová, el Dios que hace pacto con su pueblo. Es El quien levanta su mano en defensa del pobre y en contra del malo.

Versículos 13 y 14, "¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón ha dicho: Tú no lo inquirirás. Tú lo has visto; porque miras el trabajo y la vejación, para dar la recompensa con tu mano; a ti se acoge el desvalido; tú eres amparo del huérfano" Ahora el salmista está tan confiado en Dios que no entiende cómo es posible que un gusano, como es el hombre malo, desprecie a Dios pensando que Dios no se fija en las obras malas de los malvados. Dios ha sido testigo no solo de las obras del malo sino aún de los pensamientos del malo. Dios sabe todo lo que hace el malo y está listo para retribuir, no en nuestro tiempo sino en su tiempo. Por eso, el pobre, el desvalido, el huérfano puede perfectamente abrigarse bajo la segura protección de Dios. Qué ánimo es para el huérfano por ejemplo, saber que Dios es amparo del huérfano. Los huérfanos sufren la ausencia de sus padres, pero más de lo que podían encontrar en sus padres lo pueden encontrar en Dios.

Acto seguido, encontramos al salmista en las elevadas cumbres de la dulce confianza en Dios. En esa posición, dice a Dios lo que encontramos en los versículos 15 a 16: "Quebranta tú el brazo del inicuo, y persigue la maldad del malo hasta que no halles ninguna. Jehová es Rey eternamente y para siempre; de su tierra han perecido las naciones" Este es un pedido imprecatorio. El salmista está solicitando castigo para el malo. Pide que Dios haga valer su poder sobre el malo hasta que cada malo desaparezca de la faz de la tierra. Llegará el día cuando Jehová será Rey eternamente y para siempre. Las naciones rebeldes habrán desaparecido. El salmista termina con frases de alabanza a Dios.

Versículos 17 y 18 "El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; tú dispones su corazón, y haces atento tu oído, para juzgar al huérfano y al oprimido, a fin de que no vuelva más a hacer violencia el hombre de la tierra" Jehová escucha el clamor de los humildes y responde al deseo del corazón de los humildes, porque Jehová mismo pone ese deseo en el corazón de los humildes. Dios se levanta como Juez sobre la tierra para defender al huérfano y al oprimido. Eso hará que el hombre no siga haciendo violencia sobre la tierra para siempre.

Quizá Ud. amigo oyente está sufriendo la maldad de la gente impía. Se han ensañado contra Ud. A lo mejor Ud. ha estado desconcertado por un tiempo viendo cuán poderoso es el impío. Pero ya es hora de dejar de estar desconcertado y pasar a estar confiado, porque Jehová es su refugio. Jehová es su amparo, Jehová es la fortaleza de su alma.

5 comentarios:

  1. Al leer la interpretación de este salmo pude comprender que nosotros al pasar por una prueba de fe, por una pena,una congoja , y al estar en el tiempo de la tribulación, en el momento de mayor temor, cuando estamos más angustiados,más confundidos, debemos buscar a Dios como nuestro refugio, como nuestro amparo y fortaleza para que nos defienda de la maldad que nos ataca y dejar de mirar la maldad o a los malos.sólo así podremos acabar con la maldad o con los malos que nos atacan.

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  2. Asi pensamos muchas veces y mas cuando vemos como si Dios no ve la situacion muy
    especial(vzla). Vemos como el malo se ve fuerte,arrogante, .pero como dice el salmista
    nuestra mirada tiene que estar fija en DIOS.
    LA GLORIA ES DE EL; Y REFUGIARNOS EN EL.
    QUE ES NUESTRO AMPARO Y FORTALEZA.

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  3. Dios todo lo sabe y siempre esta presente

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  4. Gracias por la reflexión, y ahora a poner la MIRADA EN DIOS primero y NO en lo malo que nos pueden hacer simples mortales

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